Prau Cortés

A contra corriente por el río de piedra,
Los vagabundos entre las peñas,
Entre las grajas, iban buscando
El horizonte en la roca tallado.

Por el sendero de los animales libres,
Entre las orquídeas y el brezo.
Se desnudan y cobijan...
A contra corriente.

Trigo y cebada

Los brazos de hierro de los hombres de Castilla,
Empujan los arados y acarician las semillas,
Al timón del susurro de los bueyes, navegando,
Izando por bandera, la  mañana clara y fría.

¡A todo trapo, el navío, entre las olas rojas va!
Apenas se ve ya el puerto y su sobrio faro,
Donde las aves se cobijan de la tempestad
Entre latidos de bronce y silencios dorados.

Estelas de simiente va dejando su zozobra,
Espera fria y callada, tambien nace en la mirada,
y en las almas de las gentes, hechas de trigo y cebada
¡que este invierno nunca acaba, y quiero verte en primavera!.

Sol herido, viento y agua, furia y calma, siempre frío,
Nunca amaina, noches rotas por el hielo que ha vencido,
A la luz de la mañana, y ya no es un extranjero.
¡Tu resiste como puedas, que quiero verte en primavera!

Olas de espuma

Quiere secaros, olas de espuma,
aniquilaros por ser esclavos
suspiros de nieve, de el sol y la luna.
Va a estrujaros y vaciaros
de caminos blancos y días claros.
La triste noche negra, vestida de llanto.


El rojo viento que afiló la duna,
azote de vuestros rostros,
esta tendido en la tierra,
que no quiere veros los ojos,
en ellos están la locura
y los espejos rotos,
las palabras ahogadas
que lacran los cerrojos.


Buscad una playa salvaje y olvidada,
y atravesadla con vuestro canto ronco.
Con blancos colores, volved a vestirla.
Yo también buscaré entre las flores negras,
quejidos viejos y trinos nuevos.


PETRÓLEO = dinero para unos pocos + ruina para todos
¡NO A LA EXTRACCIÓN DE PETROLEO EN CANARIAS!


Libres

Libres, agrestes, salvajes,
con los rostros altivos
y los labios capaces
de dar besos furtivos
y escupir verbos rapaces
que atruenen los oídos.

Pasear nuestros disfraces
sin explicar los motivos,
ni borrar los tatuajes
de los cuerpos doloridos,
magullados de los viajes
por caminos retorcidos.

Correr entre los paisajes
de los segundos cautivos,
para entender el lenguaje
de los bosques escondidos
y descifrar los mensajes,
antes de quedarnos dormidos.

Almas de piedra

Son nuestras almas de peñas blancas,
como las de las chovas negras.
En ellas alumbra la luz de la genciana,
lluvia, hielo y viento, se la llevan.

Hay frío y silencio de nieve,
bálsamos de la locura,
invierno que siempre vuelve
con "falispas" de amargura.

Mi alma es de yerba verde,
que se enreda en el campo,
porque mi almiar no quiere
seguir a los muertos velando.

El adios

Y se fueron, andando sobre las hayas,
tras de los carros, entre las vacas,
por esos prados llenos de agua.

¿Dónde están esos ojos que me miraban,
incendiando esmeraldas marchitas
sobre los prados llenos de agua?

¿Donde están las palabras, que aprisionamos,
todas las veces que caminamos sin decir nada
sobre los prados llenos de agua?

El velo

El velo que se desgarra
y acuchilla la luz,
ilumina el espacio en cruz
y lo resuelve en la nada.

El alba se ha rebelado,
insomnio de sueño eterno,
y se disuelve el Averno
con su contacto dorado.

Hombre con mil horizontes,
mas ninguno alcanzado,
¡quítate el traje rayado
y pierdete entre los montes!

Encina abre tus manos
y mójate con la lluvia
que se empape el alma tuya
reseca de todos los años

Anaga

Fieras las lanzas que se levantan
entre aguas blancas paralelas,
unas de espuma, otras descansan
sobre los roques en las laderas.

Cortan sus filos como navajas
el baile salvaje de la hechicera
luna y alisios avivan sus danzas,
y no quieren que la noche muera.

Dígame usted, isleño, si cuando descansa
y cierra los ojos, en el alma sincera
siente la niebla que se avalanza,
y abraza la mar, como si de ella naciera.

Taganana

El orgulloso ejército fué a morir al lado de la mar.
Nunca se rindió.
Todavía se yerguen sus lanzas petrificadas y altivas.
Allí siguen aún.
Son dioses de los hombres que llegaron después, 
pero, acariciaron sus almas y sus vidas,
y no las estrecharon,
como a sus calles blancas y a sus huertos.

El pueblo de espuma es hermano el viento, y conoce bien,
la mar y el cielo,
y las aves, y su vuelo.
Allí, vive el arbol retorcido
que olvido cuándo nació, y no sabé cuando morirá,
porque el tiempo desterró la prisa y la esclavitud de lo efímero.
Nunca formaron parte de él,
y sólo habitan en nuestras almas atormentadas.




Xulió

Verde me vuelvo contigo, cuando te miro,
desde los valles, entre los riscos.

Trazos de agua, que se despeñan entre las "fayas",
con los laureles y avellanos,
entre los arces y los castaños.

Casas de piedra, con sus entrañas hasta la tierra.
Con sus paredes de musgo y pena.

Ochobre

¡Nieva castañas,
Vuelan erizos
Entre las ramas!

¡Llueve manzanas,
Repiquetean
Dentro del alma!

¡Suenan bellotas,
Sobre las hojas
Tañen su notas!

¡Duermen las nueces,
Sueñan que nacen
De úteros verdes!

¡Vuelan arándanos,
En equilibrio
Tiñen las manos!

Z-Vela

Con olas de espigas de los trigos blancos,
el viento se baña entre los campos.

Se hunde y emerge, y le grita al cielo,
baila con la lluvia con furia y deseo.

Así van marcando, siempre muy juntos
los pasos de un tango que moja los surcos.

El hombre se para, y se detiene el carro,
los bueyes exhalan su aliento cansado.

Con prisa en el alma y las manos mojadas,
desyunta a "las bestias" y las mete en la cuadra.

Se seca la ropa y se quema en la lumbre,
espera la lluvia que todo lo cubre.

Horas Verdes

Voy a trepar a los picos
y descansar en los valles,
en los prados de mis días.
Picos negros y horas verdes,
verdes horas, bienvenidas.

Voy a matar la razón,
que mi alma no la entiende
¡acabad, ya con las reglas!
que las reglas siempre mienten.
Quedo limpio, soy un hombre
(ahora veo a otros hombres)

Tengo el mirar en tus ojos,
tus ojos negros y limpios,
y tú, en los míos negros.
He parado el tiempo para verlos.