13J

Del salón, en el ángulo imposible de la anacrusa,
se escapa una luz tenue que vibra en 5 por 8.
Pequeño aliento que emana la tribu estrafalaria
para alimentar el insaciable corazón azul.
Alguien ha dejado abierta la ventana,
y entra el aire perfumado del Índico,
encarnado en piel reseca de anciano pescador.
Remienda su alma con aguja pentatónica.
Ayer se veía El Aaiún por el ojo de buey,
y las olas amarillas bailaron al ritmo del bendir.
Miles Davis tocó su trompeta, el otro día,
parecía un loco, con sus ojos inyectados en swing.
Cayó al suelo, revolcandose entre alucinogenos calambres.
Thelonius Monk, pasó también, y se fue sutilmente,
dejando un acorde reverberando en el espacio.
¡Que pequeñita se ve la estancia desde lejos,
en el horizonte retorcido de Moebius!
¡Que lucecita, adentro, que nunca se apaga,
titilante estrella de un compás que va muriendo...!